23.10.2025

Descubra cuáles visados ofrecen realmente una vía hacia el permiso de residencia permanente en 2025: visados para nómadas digitales, visados de inversión (“Golden Visa”), programas familiares, de estudios y laborales. Comparativa entre países y recomendaciones para la elección por parte de Terrana.
Traslado internacional: elección del régimen jurídico y del tipo de visado adecuado El traslado a otro país constituye un proceso jurídico y administrativo complejo que implica la selección de un nuevo Estado de residencia, la determinación del estatus migratorio aplicable y la obtención del visado correspondiente, capaz de garantizar una residencia legal prolongada, más allá de una estancia temporal de corta duración. En la actualidad, múltiples países han incorporado a su normativa programas específicos que facilitan el acceso al permiso de residencia permanente, entre los que se incluyen los visados para nómadas digitales (Digital Nomad Visa), las iniciativas de inversión conocidas como “Golden Visa”, así como las modalidades familiares, de estudios o laborales. El presente análisis examina los regímenes de visado que efectivamente ofrecen una vía jurídica hacia la residencia permanente, junto con los criterios objetivos para determinar el punto de partida idóneo al planificar un proceso de establecimiento de carácter duradero en el extranjero.
Ambos regímenes de residencia suelen confundirse, aunque la distinción entre ellos posee un carácter jurídico sustancial, cuya comprensión resulta determinante para la correcta planificación del proceso migratorio.
El permiso de residencia temporal se concede, por lo general, por un período de uno a dos años. Al finalizar su vigencia, debe renovarse, lo que implica presentar nuevamente la documentación, acreditar ingresos estables, disponer de seguro médico, justificar vivienda y confirmar los motivos de residencia. Este permiso permite vivir, trabajar o estudiar en el país, pero mantiene un vínculo de dependencia con la base que lo sustenta: el empleador, los estudios, el matrimonio u otra categoría de visado. En algunos países puede renovarse indefinidamente, aunque no garantiza el acceso automático al permiso de residencia permanente.
El permiso de residencia permanente representa el siguiente nivel. Suele expedirse por cinco años, con posibilidad de renovación sin necesidad de repetir todo el procedimiento; basta con notificar a las autoridades migratorias y sustituir la tarjeta de residencia. Tras dos períodos consecutivos bajo este estatus, en muchos países puede solicitarse la ciudadanía.
Ventajas del permiso de residencia permanente:
Mayor protección social, con acceso a los sistemas públicos de salud, educación y prestaciones, en condiciones similares a las de los ciudadanos.
Independencia del estatus conferido por el permiso de residencia permanente, al no estar vinculado a un empleador, a la actividad académica ni al matrimonio, lo que otorga al titular plena libertad de elección.
Renovación simplificada, sin necesidad de aportar nuevamente todo el conjunto documental.
Estabilidad jurídica, al reconocer el derecho a residir sin limitación temporal ni obligación de mantener una base específica de residencia.
Debe tenerse en cuenta que la adquisición de bienes inmuebles o la contratación de créditos suele ser posible también con un permiso de residencia temporal (e incluso, en algunos países, con un visado ordinario). Sin embargo, el permiso de residencia permanente proporciona seguridad jurídica a largo plazo, al convertir al titular en un residente pleno, protegido por el marco legal y las garantías sociales del país de acogida.

El acceso al permiso de residencia permanente comienza con la elección del fundamento jurídico adecuado para la entrada y la estancia en el país de destino. Las denominaciones de los programas varían de un país a otro, pero el principio jurídico es común: el solicitante debe acreditar que su presencia aporta un beneficio tangible al país receptor. Ese beneficio puede derivar de distintas circunstancias, como el desempeño de una actividad laboral, la realización de inversiones, la formación académica, la constitución de una familia o la gestión de una actividad empresarial lícita.
Numerosos países han incorporado programas dirigidos a profesionales que desarrollan su actividad de forma remota. El objetivo de estas iniciativas es atraer a personas con ingresos estables que contribuyan fiscalmente al país sin ocupar puestos locales de trabajo.
Requisitos habituales:
acreditar ingresos regulares comprendidos entre 2.000 y 4.000 dólares mensuales;
contar con seguro médico vigente y vivienda alquilada;
no ejercer una actividad laboral en el mercado nacional.
Estos visados suelen concederse por uno o dos años, con posibilidad de renovación y posterior transición a un permiso de residencia temporal y, eventualmente, a la residencia permanente.
Ejemplos:
Portugal – Digital Nomad Visa: visado válido por un año, renovable hasta cinco; posibilidad de solicitar la residencia permanente tras cinco años de residencia continuada (mínimo 183 días anuales) y adquisición de la condición de residente fiscal.
España – Visado para nómadas digitales: primer permiso de residencia de un año, prorrogable por dos más; posibilidad de acceder a la residencia permanente tras cinco años.
Grecia – Digital Nomad Residence Permit: autoriza la residencia por un período de hasta dos años; sin embargo, la conversión a un estatus permanente depende de la normativa regional aplicable.
Estos programas se dirigen a quienes invierten en la economía del país receptor, ya sea mediante la compra de bienes inmuebles, aportaciones empresariales o inversión en fondos nacionales. El umbral mínimo de inversión varía entre 100.000 y 1.000.000 de dólares, dependiendo del país.
Ventajas principales:
posibilidad de obtener de forma inmediata permiso de residencia temporal para toda la familia;
acceso acelerado a la residencia permanente en un plazo de tres a siete años;
régimen fiscal preferente y, en algunos casos, exención de requisitos de estancia mínima.
Los visados de inversión continúan siendo una de las vías más directas hacia la obtención de un estatus de residencia a largo plazo.
Ejemplos:
Grecia – Golden Visa: adquisición de inmuebles a partir de 250.000 €, residencia renovable y posibilidad de solicitar la residencia permanente tras siete años.
Portugal – Golden Visa (nuevo modelo): inversión mínima de 250.000 € en fondos o proyectos culturales; acceso a la residencia permanente tras cinco años, con obligación de estancia mínima de siete días al año.
Emiratos Árabes Unidos – Golden Visa: inversión mínima de 2 millones de dírhams (~545.000 $); residencia a largo plazo de diez años, renovable, con un estatus equivalente al de residencia permanente.
Permiten reunificar a cónyuges, hijos u otros familiares directos de ciudadanos o residentes legales en el país de destino. Se conceden con base en el vínculo familiar debidamente acreditado (matrimonio, filiación o parentesco directo).
En la mayoría de los países, estos visados otorgan derecho a trabajar, acceso al sistema sanitario público y posibilidad de solicitar la residencia permanente tras varios años de convivencia legal. Este itinerario resulta especialmente útil para quienes planean emigrar sin realizar inversiones económicas significativas.
Ejemplos:
Alemania: el cónyuge de un ciudadano o residente permanente obtiene un permiso de residencia temporal de tres años, con posibilidad de residencia permanente una vez acreditada la convivencia e integración.
Canadá – Family Sponsorship: otorga directamente el estatus de residente permanente al cónyuge o a los hijos del patrocinador.
Francia: tras tres años con un permiso de residencia familiar, puede solicitarse la Carte de résident, equivalente al permiso de residencia permanente.

El visado de estudios no solo representa una autorización para cursar formación académica en el extranjero, sino también un instrumento jurídico que facilita la proyección de una residencia estable a largo plazo. En numerosos países, los graduados adquieren el derecho a permanecer durante varios años tras la finalización de sus estudios, con el fin de trabajar en su ámbito profesional y obtener un permiso de residencia temporal, que posteriormente puede dar lugar a la residencia permanente. El proceso suele seguir una secuencia establecida: actividad laboral reglamentada, cumplimiento de las obligaciones fiscales e integración social. Tras un período determinado, estas condiciones permiten solicitar el permiso de residencia permanente conforme a la legislación nacional.
Ejemplos:
Canadá: al finalizar los estudios universitarios, puede obtenerse un permiso de trabajo de hasta tres años, y posteriormente solicitar la residencia permanente a través del programa Express Entry.
Alemania: los titulados universitarios disponen de 18 meses para encontrar empleo y pasar a un permiso de residencia por trabajo, con posibilidad de residencia permanente a los cinco años.
Australia: los graduados pueden solicitar la Graduate Visa y, posteriormente, acceder a la residencia permanente mediante el programa Skilled Independent.
Uno de los mecanismos más sólidos de migración legal es la obtención de un visado de trabajo. Los países muestran un interés creciente por atraer a especialistas cualificados —ingenieros, desarrolladores informáticos, médicos, científicos o docentes— cuya actividad contribuya al desarrollo económico y tecnológico.
Para estos perfiles existen programas de admisión simplificados, cuyo eje principal es acreditar la cualificación profesional, la validez del título académico y la existencia de un contrato laboral con una empresa establecida en el país de destino. La ocupación continuada y el historial fiscal constituyen la base para la transición al permiso de residencia temporal, y posteriormente, a la residencia permanente.
Ejemplos:
Alemania – Tarjeta Azul de la UE (EU Blue Card): permite solicitar la residencia permanente tras 33 meses de empleo cualificado, o 21 meses si se acredita el nivel de idioma alemán B1.
Canadá – Express Entry: sistema basado en puntos que concede directamente la residencia permanente, en muchos casos sin necesidad de un permiso de residencia temporal previo.
Australia – Skilled Independent Visa: programa por puntos que ofrece una vía hacia la residencia permanente en aproximadamente cuatro años.
Este tipo de visado está dirigido a quienes desean crear una empresa o desarrollar un proyecto empresarial en el extranjero. Aunque los requisitos varían según el país, el principio jurídico es común: el Estado otorga un estatus de residencia prolongado a quienes generan empleo, pagan impuestos y contribuyen al desarrollo económico nacional.
Ventajas principales de los visados de negocios:
derecho a crear o adquirir una sociedad;
posibilidad de residir legalmente con la familia en el país de acogida;
opción de transitar del permiso de residencia temporal al permanente tras varios años de actividad empresarial continua.
Generalmente se exige acreditar fondos suficientes para la puesta en marcha del proyecto y presentar un plan de negocio básico. En algunos países —como Canadá, el Reino Unido o Francia— existen programas específicos de visado para emprensarios o start-ups, centrados en proyectos innovadores más que en la magnitud del capital invertido. El criterio esencial es la contribución potencial a la economía local y el respaldo de un incubador o inversor acreditado.
Ejemplos:
Canadá – Start-up Visa: destinada a emprendedores con proyectos innovadores respaldados por un fondo de capital riesgo o aceleradora de empresas; concede directamente la residencia permanente.
Reino Unido – Innovator Founder Visa: para proyectos con un plan de negocio aprobado; permite solicitar la residencia permanente tras tres años.
Francia – French Tech Visa: orientada a empresarios e inversores del sector tecnológico; otorga un permiso de residencia temporal simplificado con opción de residencia permanente tras cinco años.
Los Países Bajos y Nueva Zelanda – Entrepreneur Visa: requiere demostrar actividad empresarial efectiva y creación de empleo local.
Emiratos Árabes Unidos – Golden Visa por inversión empresarial: concede residencia a largo plazo (10 años) sin vinculación con un empleador.
Los visados de negocios no solo ofrecen una vía hacia la residencia permanente, sino también la posibilidad de iniciar una actividad empresarial en un nuevo entorno, conservando el control del propio proyecto y accediendo al estatus de residente legal.
Conviene tener presente que no todos los programas obtienen automáticamente a la residencia permanente: en ciertos países, como Croacia, los visados para nómadas digitales se expiden por un año sin opción de renovación, lo que interrumpe la continuidad necesaria para la residencia de larga duración.
Muchos solicitantes pierden tiempo y recursos no por problemas documentales, sino por una selección incorrecta del destino migratorio. A continuación se presentan tres errores frecuentes que dificultan la obtención de un estatus de residencia a largo plazo.
1. Adoptar la decisión migratoria sobre la base de factores no sustanciales
Un país puede resultar atractivo como destino turístico, pero ser complejo desde el punto de vista de la legalización del estatus migratorio. En muchos de los destinos turísticos más populares no existen programas que conduzcan a la residencia permanente, o estos exigen inversiones significativas. Además, deben considerarse las circunstancias familiares: aunque la mayoría de los visados permiten la reagrupación, existen programas en los que trasladar al cónyuge o a los hijos resulta considerablemente más difícil, especialmente en las fases iniciales de la obtención del estatus. Por ello, es esencial analizar no solo los aspectos económicos, sino también las condiciones sociales y familiares del país de destino.
2. No tener en cuenta el sistema fiscal y las normas de residencia fiscal
La obtención de un permiso de residencia temporal o permanente conlleva, en la mayoría de los casos, la adquisición automática de la condición de residente fiscal. Esto implica obligaciones de declaración de ingresos y cumplimiento tributario. Cada país posee un marco fiscal diferente, con tipos impositivos, deducciones y normas de acreditación de origen de fondos propios. Un error en esta fase puede derivar en sanciones administrativas o incluso en la denegación del visado.
3. Subestimar los plazos reales del proceso de legalización
La obtención de la residencia permanente es un procedimiento gradual y prolongado. En la mayoría de los países, el recorrido desde el primer visado hasta el estatus permanente oscila entre tres y siete años, o incluso más. En cada etapa se exige acreditar ingresos estables, residencia efectiva, conocimiento del idioma y ausencia de infracciones. Un error frecuente consiste en suponer que el estatus permanente puede obtenerse en uno o dos años, sin tener en cuenta los plazos administrativos, los requisitos de residencia continuada ni los periodos de espera entre solicitudes. Antes de seleccionar el país, conviene evaluar el compromiso temporal que el proceso implica y valorar si se dispone de los medios necesarios para mantener el estatus legal durante todo el período exigido.
El principio fundamental no consiste en buscar “el mejor visado”, sino en identificar aquel que se ajuste a sus objetivos personales y a sus recursos reales. El proceso de selección puede estructurarse del modo siguiente:
Finalidad. Definir con claridad el motivo de la reubicación: trabajo, estudios, inversión o reagrupación familiar.
Presupuesto. Determinar cuánto puede invertirse en la tramitación y en el mantenimiento del nivel de vida durante el primer año.
Duración prevista. Evaluar el tiempo que se planea residir en el país y si el visado permite la prolongación o conversión a residencia.
Proyección futura. Analizar qué países ofrecen un itinerario claro desde el permiso de residencia temporal hasta la residencia permanente y en qué condiciones jurídicas se desarrolla esa transición.
Si resulta difícil comprender todos los matices, los expertos de Terrana seleccionarán el programa más adecuado a su situación y le asistirán en la preparación de la documentación, garantizando una tramitación correcta y sin errores.
Cada visado no es solo un sello en el pasaporte, sino una oportunidad real para iniciar una nueva etapa vital desde cero. El año 2025 ofrece múltiples alternativas para quienes están dispuestos a avanzar: estudiar, trabajar, invertir o viajar.
Y para elegir correctamente el camino hacia la residencia permanente y evitar errores durante el proceso, basta con dar el primer paso: contactar con Terrana.
La nueva vida en el extranjero no comienza con el traslado físico, sino con la decisión consciente de actuar y planificar el futuro con una estrategia sólida.