06.11.2025

Cómo trasladar una mascota al extranjero: documentación, vacunación, microchip, cuarentena y transporte aéreo. Los expertos de Terrana le ayudarán a que el traslado sea seguro y conforme a la normativa internacional.
Mudarse a otro país siempre supone un reto, especialmente cuando viaja con su mascota.
Para un gato o un perro, el cambio de entorno, de clima o de huso horario puede resultar estresante. Sin embargo, con una planificación adecuada, el viaje puede desarrollarse con tranquilidad e incluso con comodidad.
Para que el traslado internacional con animales de compañía no se convierta en una sucesión de imprevistos burocráticos, es fundamental informarse con antelación sobre las normas de importación, los requisitos de vacunación, elegir una compañía aérea adecuada y preparar correctamente la documentación necesaria.
La preparación para el traslado de una mascota al extranjero no consiste únicamente en hacer las maletas. Se trata de un procedimiento regulado jurídicamente, que incluye la obtención de la documentación necesaria, la vacunación y la verificación del estado de salud del animal. Es recomendable iniciar la planificación con un mínimo de dos a tres meses de antelación, ya que algunos trámites requieren plazos específicos y la emisión de certificados por parte de las autoridades veterinarias oficiales.
Primer paso: elaborar una lista de comprobación con los preparativos esenciales:
Pasaporte veterinario internacional. Se expide en una clínica veterinaria autorizada y constituye el documento principal para viajar al extranjero. Debe incluir:
– especie, raza, color y fecha de nacimiento del animal;
–número y fecha de implantación del microchip;
– información sobre vacunaciones y desparasitación;
– sello de la clínica y firma del veterinario.
El pasaporte debe estar redactado en inglés o en un formato bilingüe (español-inglés); de lo contrario, en frontera pueden solicitar una traducción jurada y legalización notarial.
Microchip. El microchip conforme a la norma ISO 11784/11785 es un dispositivo electrónico del tamaño de un grano de arroz que contiene el código de identificación único del animal. En la frontera se utiliza para verificar la correspondencia con los datos del pasaporte.
–En la Unión Europea, Canadá, Israel, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos, el microchip es obligatorio para todos los animales de compañía.
–En Estados Unidos su uso es recomendado, aunque no siempre exigido; sin embargo, algunas aerolíneas pueden requerirlo.
–En Australia y Nueva Zelanda, el microchip es requisito indispensable para que el animal pueda acceder al período de cuarentena.
Requisitos formales:
– El microchip debe implantarse antes de la vacunación antirrábica.
– Debe poder leerse con un escáner estándar ISO; los modelos antiguos no son válidos.
–Antes del viaje, se recomienda verificar su funcionamiento en la clínica veterinaria..
Vacunación. El requisito básico en todos los países es una vacuna antirrábica válida. Debe administrarse después de la implantación del microchip y al menos 21 días antes de la salida. Si la vacunación se realizó antes del microchip, deberá repetirse.
– En la Unión Europea y el Reino Unido solo se aceptan vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Los preparados de uso exclusivo nacional no son válidos. Entre las vacunas más comunes se encuentran Nobivac Rabies, Rabisin, Biocan R y Versiguard Rabies.
– En los Estados Unidos existen listados oficiales de vacunas aprobadas y autorizadas por el Departamento de Agricultura (USDA).Entre ellas se encuentran: IMRAB 1 y IMRAB 3 (Boehringer Ingelheim Animal Health), Nobivac 3-Rabies (Merck Animal Health), Rabvac 3 (Elanco) y Vanguard Rabies 3 (Zoetis).
–En Canadá sólo se aceptan vacunaciones realizadas con vacunas autorizadas y reconocidas por la Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria (CFIA) o con sus equivalentes estadounidenses aprobados por el Departamento de Agricultura (USDA). Las vacunas que carezcan de dicha autorización, incluidas la mayoría de los preparados de fabricación nacional no homologados internacionalmente, pueden considerarse no válidas.
–En los Emiratos Árabes Unidos se controlan estrictamente el origen de la vacuna y la correcta formalización de la documentación veterinaria. La vacunación debe realizarse en una clínica autorizada y figurar en el pasaporte veterinario internacional, indicando los datos del fabricante.Generalmente se aceptan las vacunas Nobivac Rabies, Rabisin y Rabigen Mono.
–En Israel, la vacunación debe realizarse con un producto certificado, y es esencial que el análisis serológico se lleve a cabo en un laboratorio acreditado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH). Las vacunas y certificados que carezcan de reconocimiento o certificación internacional no son aceptados.
–En Japón, la vacunación sólo puede realizarse con vacunas certificadas por el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF). La documentación redactada en lenguas extranjeras se acepta únicamente cuando va acompañada de una traducción oficial y sello acreditativo.
–En Corea del Sur, la vacunación debe efectuarse con una vacuna registrada y aprobada por la Agencia Coreana de Control Veterinario. Las vacunas no reconocidas por dicho organismo —incluidas las que no cuentan con certificación internacional— se consideran no válidas en frontera.
– En Australia y Nueva Zelanda, los requisitos son especialmente estrictos: la vacuna debe estar certificada por los servicios veterinarios nacionales de ambos países. Sólo se aceptan preparados aprobados por la Autoridad Australiana de Plaguicidas y Medicamentos Veterinarios (APVMA) o por los organismos equivalentes de Nueva Zelanda.
En la mayoría de los países también se exige una vacunación polivalente contra enfermedades infecciosas, que protege al animal frente a los principales virus y bacterias. Antes del viaje, se debe realizar además un tratamiento antiparasitario interno (desparasitación) para confirmar que el animal se encuentra en perfecto estado de salud y apto para el transporte aéreo.
En muchos países es obligatorio el análisis del título de anticuerpos contra el virus de la rabia (Rabies Titer Test o prueba FAVN). Este examen de laboratorio verifica que la vacuna antirrábica ha generado una respuesta inmunitaria efectiva. La muestra de sangre debe extraerse no antes de 30 días después de la vacunación, y el resultado tiene una validez de 12 meses. La prueba de anticuerpos es requisito obligatorio para entrar en los países de la Unión Europea, el Reino Unido, Irlanda, Noruega, Israel, los Emiratos Árabes Unidos, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. El análisis sólo puede realizarse en laboratorios acreditados, cuyos resultados sean reconocidos por los servicios veterinarios del país de destino. El procedimiento puede tardar entre tres semanas y dos meses, por lo que debe iniciarse con la debida antelación. En ausencia de un título serológico válido, el animal puede ser rechazado en frontera o enviado a cuarentena obligatoria.
Debe tenerse en cuenta que en algunos mercados pueden circular vacunas importadas de forma no autorizada o no registradas oficialmente, que no cumplen los estándares internacionales. Su utilización puede provocar la denegación de entrada del animal o la imposición de una cuarentena obligatoria. Por ello, la vacunación debe realizarse exclusivamente en una clínica veterinaria autorizada, con la inscripción de los datos en el pasaporte veterinario internacional y la colocación del sello oficial.
Certificado veterinario oficial (modelo n.º 1).Tras la vacunación y la implantación del microchip, el veterinario oficial emite el certificado veterinario de forma n.º 1 (o n.º 1-vet), que acredita que el animal está sano y autorizado para su exportación. El período de validez del documento es de cinco días. En el aeropuerto de salida, en determinadas estaciones ferroviarias o en puntos de control fronterizo donde opere el servicio veterinario oficial, el certificado se canjea por un certificado veterinario internacional, que debe presentarse a la llegada durante el control sanitario. Se recomienda al viajero informarse con antelación sobre los lugares donde se emite este documento, a fin de elegir el punto de tramitación más conveniente.
Si se incumple alguno de los requisitos —por ejemplo, una secuencia incorrecta de vacunaciones, un certificado caducado o un microchip ilegible—, el animal no podrá entrar en el país o será sometido a cuarentena obligatoria.
Además de los requisitos universales, cada país establece sus propias particularidades:
– Países de la Unión Europea (Alemania, Francia, España, Italia): se exige microchip, vacunación antirrábica y certificado veterinario internacional válido. El animal debe tener al menos 12 semanas de edad. Algunas razas de perros potencialmente peligrosos (por ejemplo, pitbull terrier y Staffordshire terrier) no están permitidas.
–Reino Unido e Irlanda: se aplica un control estricto conforme al PETS Travel Scheme. Es obligatorio un análisis serológico de anticuerpos frente a la rabia (prueba FAVN), realizado con un mínimo de tres meses antes del viaje. Sin esta prueba, el animal se somete a cuarentena de entre 21 y 90 días.
– Emiratos Árabes Unidos: se requiere una autorización previa del Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente, un análisis de rabia y un certificado veterinario con una antigüedad máxima de cinco días. Sin este permiso, la entrada no está permitida.
– Turquía: se autoriza la entrada de hasta dos animales por persona. Son necesarios el microchip, el pasaporte veterinario y la vacunación antirrábica efectuada entre 15 y 30 días antes de la llegada. A la entrada, el animal es examinado brevemente por un veterinario.– Estados Unidos: no existe un formulario sanitario federal único, pero en la mayoría de los estados se exige un certificado de salud emitido en los diez días previos al viaje. Para perros, la vacunación antirrábica es obligatoria; para gatos, depende de la legislación de cada estado.
– Canadá: permite la entrada de animales con microchip, pasaporte veterinario y vacunación válida contra la rabia. Los cachorros menores de tres meses solo pueden ingresar con autorización específica.
Es una buena práctica consultar con antelación los detalles en los servicios veterinarios y aduaneros competentes, responsables de la exportación de animales y emisión de certificados. También se recomienda verificar previamente los puntos donde se realiza el control veterinario —ya sea en el aeropuerto, en la estación ferroviaria o en el puesto fronterizo— y solicitar asesoramiento a los especialistas de Terrana, que pueden revisar la documentación, coordinar los permisos y evitar errores en el proceso de salida.
Los requisitos varían considerablemente según el país:
En los países de la Unión Europea (como Alemania, Italia y los Países Bajos) es suficiente con disponer de un microchip, una vacunación antirrábica válida y un certificado veterinario internacional. En cambio, Reino Unido, Irlanda y Malta aplican normas más estrictas: si el animal no cumple todos los requisitos, no se le permite la entrada.
En los Emiratos Árabes Unidos se exige una autorización previa del Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente, así como los resultados del análisis serológico de anticuerpos contra la rabia.
En Israel los requisitos son similares, pero el análisis debe realizarse al menos tres meses antes del viaje.
Australia y Nueva Zelanda se consideran los países con la regulación más estricta: no se permite la entrada directa de animales procedentes de países que no figuren en su lista aprobada, y la cuarentena es obligatoria incluso con la documentación en regla.
En Estados Unidos, el control también es riguroso para los animales procedentes de países con alto riesgo de rabia.
La cuarentena puede imponerse en dos casos:
– cuando la documentación de vacunación genera dudas o la vacuna no está reconocida por el USDA;
– cuando el animal procede de un país de alto riesgo y no dispone de un análisis serológico (título de anticuerpos) válido.
En cambio, en países como Turquía o Serbia, los requisitos son más flexibles: basta con disponer de un microchip, un pasaporte veterinario y una vacunación antirrábica administrada dentro de los plazos exigidos.
La selección del transportista constituye una de las etapas clave del traslado. Las aerolíneas aplican políticas diferentes respecto al transporte de animales. Por ejemplo, Lufthansa y Air France permiten viajar con animales en cabina con un peso máximo de 8 kg (incluido el transportín), mientras que Turkish Airlines autoriza hasta dos animales siempre que puedan viajar juntos en un mismo transportín. Emirates, por su parte, solo admite el transporte en la bodega del avión, aunque garantiza condiciones adecuadas de bienestar y seguimiento en línea del estado del animal.
Algunas aerolíneas no aceptan a bordo perros de razas braquicéfalas (como carlinos, bulldogs o pequineses) debido al riesgo de dificultades respiratorias durante el vuelo. También existen restricciones para razas clasificadas como potencialmente peligrosas, tales como los pitbull terrier y staffordshire terrier: solo se admiten bajo condiciones especiales de transporte o en contenedores reforzados. Si no existe vuelo directo, conviene elegir una ruta con el menor tiempo de conexión posible.
Las escalas deben reducirse al mínimo, especialmente en países donde pueda requerirse una nueva inspección veterinaria o revisión de documentos. Esto ayudará a evitar retrasos y reducir el estrés del animal.
El coste medio del transporte aéreo de animales oscila entre 70 y 250 euros, dependiendo de la aerolínea, la ruta y el peso del animal. Para desplazamientos cortos dentro del país o entre Estados vecinos, puede considerarse el tren o el autobús, ya que estos medios resultan menos estresantes para la mascota y no requieren un procedimiento tan complejo.
Sin embargo, antes del viaje es necesario consultar las normas específicas de cada empresa transportista, ya que no todas permiten animales en la cabina, y en las líneas internacionales de autobuses suele exigirse la presentación del pasaporte veterinario y el certificado de vacunación.
Si la mascota pesa menos de 8 kg, la mayoría de las aerolíneas permite su transporte en la cabina. Es importante verificar previamente las dimensiones autorizadas del transportín: la norma IATA establece una altura máxima de 23 cm para su colocación bajo el asiento. Los animales que superen este límite de peso o tamaño deben viajar en el compartimento de carga presurizado y climatizado. Este método es seguro, ya que la temperatura y la presión se mantienen de forma automática durante el vuelo.
Para los vuelos con destino a regiones cálidas, como los Emiratos Árabes Unidos, Egipto o Tailandia, las aerolíneas restringen el transporte de animales en la bodega durante los meses de verano debido al riesgo de sobrecalentamiento. En tales casos, solo se autoriza el transporte en cabina o la reserva de vuelos nocturnos.

Unos días antes del viaje, permita que su mascota se acostumbre al transportín: colóquelo en casa con la puerta abierta y añádale una manta o un juguete familiar. Se recomienda no alimentar al animal durante las tres o cuatro horas previas al vuelo para evitar mareos o molestias digestivas.
En el equipaje de mano conviene llevar:
– agua en una pequeña botella;
– toallitas húmedas y empapadores desechables;
– algún premio o golosina para mantener al animal distraído durante la espera.
Para gatos y perros de pequeño tamaño, es útil el uso de aerosoles con feromonas, que ayudan a reducir la ansiedad. Si el vuelo tiene una duración superior a seis horas, consulte previamente con el veterinario la posibilidad de administrar un sedante suave, siempre bajo prescripción profesional.
Al llegar al país de destino, es obligatorio pasar el control veterinario.
En la frontera, las autoridades verifican el pasaporte veterinario, el certificado internacional y el microchip del animal. Si la documentación está correctamente emitida y cumple los requisitos del país de entrada, el animal es admitido sin demoras.
Si se prevé una estancia prolongada o un traslado permanente, se recomienda visitar una clínica veterinaria local. En tal caso, se expide el pasaporte veterinario de la Unión Europea (EU Pet Passport), documento que acredita la vacunación y permite viajar dentro de la UE sin necesidad de nuevos certificados. El microchip no se sustituye, sino que se registra su número en el nuevo pasaporte. La inscripción del animal en las bases de datos nacionales (como PetID o Europetnet) es obligatoria únicamente para los residentes permanentes.
Si el viaje es de corta duración —por turismo, visita o viaje de trabajo—, no es necesario tramitar el pasaporte europeo ni realizar el registro.
También es importante informarse sobre las normas locales de tenencia y paseo de animales: en algunos países está prohibido sacar a los perros sin correa o bozal, y las sanciones por incumplimiento pueden alcanzar los 500 euros.
El traslado de animales al extranjero implica no sólo afecto y cuidados, sino también numerosos trámites administrativos y sanitarios, que varían según el país de destino, el itinerario y la época del año. Un error en un solo documento puede provocar la denegación de entrada en frontera.
Los expertos de Terrana ofrecen asistencia integral para garantizar que todo el proceso se desarrolle conforme a la normativa internacional: desde la emisión de certificados veterinarios hasta la planificación del viaje y la asesoría sobre los requisitos de cada país.
En nuestro sitio web puede solicitar una consulta personalizada, consultar los requisitos actualizados para su destino y preparar toda la documentación con antelación.
Con Terrana, su viaje al extranjero con la mascota será seguro, legal y sin complicaciones, convirtiéndose en el inicio de una nueva etapa para usted y su animal de compañía.